jueves, 22 de marzo de 2018

NOVELA (fragmento): "Revival", Stephen King




Revival


Stephen King




XII

Libros prohibidos. Mis vacaciones en Maine.

La triste historia de Mary Fay.

La inminente tormenta.



Al cabo de unas seis semanas recibí un email de mi antigua compañera de investigación. 

Para: Jamie
De: Bree 
Asunto: Para tu información

Después de tu visita a Jacobs en el norte del estado de Nueva York, me comentaste en un email que te había mencionado un libro, De Vermis Mysteriis. El título se me quedó en la cabeza, quizá porque en el instituto estudié algo de latín, lo suficiente para entender que eso, traducido a nuestro idioma, significa Los misterios del gusano. Sospecho que es difícil abandonar el hábito de investigar Todo lo Referente a Jacobs, porque hice indagaciones al respecto. Sin decírselo a mi marido, debo añadir, porque él cree que he dejado atrás Todo lo Referente a Jacobs.
En cualquier caso, esto se las trae. Según la Iglesia católica, De Vermis Mysteriis es uno de la media docena de Libros Prohibidos, como se los llama. Tomados en conjunto se los conoce como «grimorios» .
Los otros cinco son El libro de Apolonio (médico en tiempos de Jesucristo), El libro de Alberto Magno (sortilegios, talismanes, conversaciones con los muertos), Lemegeton y Clavicula Salomonis (escritos supuestamente por el rey Salomón), y El grimorio de Picatrix.
Este último, junto con De Vermis Mysteriis, fue presuntamente la base del grimorio ficticio de H. P. Lovecraft, titulado Necronomicón.
Pueden encontrarse ediciones de todos los Libros Prohibidos EXCEPTO DE De Vermis Mysteriis. Según Wikipedia, a principios del siglo XX, emisarios secretos de la Iglesia católica (aviso para Dan Brown) habían quemado todos los ejemplares de De Vermis, salvo seis o siete. (Por cierto, la Guardia Suiza niega ahora todo conocimiento de la existencia de ese libro). Estos últimos se han perdido de vista, y se cree que han sido destruidos o están en manos de coleccionistas privados.
Jamie, todos los Libros Prohibidos tratan de la FUERZA, y de cómo obtenerla por medio de una combinación de alquimia (que ahora llamamos «ciencia»), matemática y ciertos rituales ocultos repulsivos. Es muy probable que todo esto sean tonterías, pero me inquieta; medijiste que Jacobs se ha pasado la vida estudiando los fenómenos eléctricos, y basándome en sus buenos resultados con la sanación, no puedo por menos de pensar que quizá tenga en sus manos una fuerza temible. Lo cual me trae a la memoria esta antigua máxima: «Quien tenga el tigre cogido por el rabo, más vale que no lo suelte».
Un par de cosas para que reflexiones.
Primero: Hasta mediados del siglo XVII, los católicos de quienes se sabía que estudiaban la potestas magnum universum (la fuerza que mueve el universo) podían ser excomulgados.
Segundo: Según Wikipedia —aunque sin referencias que lo confirmen, debo añadir—, el pareado que más gente recuerda del Necronomicón ficticio de Lovecraft procede de un ejemplar de De Vermis al que Lovecraft tuvo acceso (con toda certeza nunca fue suyo; pobre como era, no tenía recursos para adquirir algo tan raro y valioso). El pareado es el siguiente: «Que no está muerto lo que eternamente yace, / y en los eones por venir aun la muerte puede morir».
A veces llamabas a Charles Daniel Jacobs «mi antiguo quinto en discordia» . Espero que y a no tengas trato con él, Jamie. En un tiempo lejano, me habría reído de todo esto, pero en ese tiempo lejano las curaciones milagrosas en sesiones de reviviscencia me parecían sandeces.
Llámame algún día, ¿quieres? Dime que has dejado atrás Todo Lo Referente a Jacobs.
Con afecto, como siempre,
BREE

Lo imprimí y lo releí dos veces. Después busqué en Google De Vermis Mysteriis y encontré todo lo que Bree me había explicado en su mensaje, más una cosa que se había dejado en el tintero. En un blog especializado en libros antiguos que se titulaba Volúmenes arcanos de magia y encantamientos, alguien declaraba que el grimorio de Ludvig Prinn, retirado de la circulación, era «el libro más peligroso jamás escrito».



No hay comentarios:

Publicar un comentario