"Porque, mientras observaba, el rostro de Tu se hizo extrañamente oscuro e irreal; los
rasgos se difuminaron y recombinaron de una forma aparentemente imposible, para luego,
como una máscara de niebla que se desvaneciera, desaparecer de repente y dar paso, en su
lugar, a una monstruosa cabeza de serpiente."
"-Ka nama kaa lajerama. Pero ¿dónde he oído yo eso, en nombre de Valka? No conozco esas palabras y, sin embargo...
-Ah, debéis recordarlas, Kull -dijo Brule-. Esas palabras deben de estar agazapadas en los oscuros corredores de la memoria; aun cuando no las hayáis oído pronunciar en esta vida, en eras pasadas debieron de quedar tan terriblemente impresas en vuestra alma-mente que jamás murieron, y siempre harán sonar una débil cuerda en vuestra memoria, aunque os reencarnéis durante un millón de años. Porque esa frase procede secretamente de los tenebrosos y sangrientos eones y desde entonces, durante incontables siglos, formaron el santo y seña de la raza de los hombres que combatía contra los seres horripilantes del Reino de las Sombras. Pues nadie puede pronunciarlas excepto un verdadero hombre entre los hombres, cuyas mandíbulas y boca se hallen configuradas de una forma diferente a cualquier otra criatura. Su significado ha quedado sumido en el olvido, pero no así las palabras."
"-Ka nama kaa lajerama. Pero ¿dónde he oído yo eso, en nombre de Valka? No conozco esas palabras y, sin embargo...
-Ah, debéis recordarlas, Kull -dijo Brule-. Esas palabras deben de estar agazapadas en los oscuros corredores de la memoria; aun cuando no las hayáis oído pronunciar en esta vida, en eras pasadas debieron de quedar tan terriblemente impresas en vuestra alma-mente que jamás murieron, y siempre harán sonar una débil cuerda en vuestra memoria, aunque os reencarnéis durante un millón de años. Porque esa frase procede secretamente de los tenebrosos y sangrientos eones y desde entonces, durante incontables siglos, formaron el santo y seña de la raza de los hombres que combatía contra los seres horripilantes del Reino de las Sombras. Pues nadie puede pronunciarlas excepto un verdadero hombre entre los hombres, cuyas mandíbulas y boca se hallen configuradas de una forma diferente a cualquier otra criatura. Su significado ha quedado sumido en el olvido, pero no así las palabras."
"Había un espíritu que viviría, en un futuro incalculablemente lejano, en el planeta que llamamos Venus, y otro que había vivido en uno de los satélites de Júpiter hace seis millones de años. Entre los moradores de la Tierra, conocí varios representantes de cierta raza semivegetal y alada, de cabeza estrellada, que había dominado la Antártida paleocena; a un espíritu perteneciente al pueblo reptil de la legendaria Valusia; a tres de los seres peludos que habían adorado a Tsathoggua en Hiperbórea, antes de la aparición del género humano; a uno de los abominables Tcho-Tchos; a dos de los arácnidos que poblarán la última edad de la Tierra; a cinco de la raza de coleópteros que sucederá inmediatamente al hombre, y a la cual un día, ante una amenaza insoslayable y terrible, la Gran Raza trasladaría en masa sus espíritus más aventajados. Igualmente, conocí a varios individuos procedentes de distintas ramas de la humanidad."
En la noche de los tiempos, H.P. Lovecraft
"Al parecer, fue colocado en aquella extraña caja por los seres crinoideos de la Antártida [Antiguos], quienes lo custodiaron celosamente; fue salvado de las ruinas de este imperio por los hombres serpiente de Valusia, y millones de años más tarde, fue descubierto en Lemuria por los primeros seres humanos."
El Morador de las Tinieblas, H.P. Lovecraft
"No pude comparar el sonido con nada mejor que con el bramido de algún temible monstruo de la pretérita edad de los reptiles, cuando los horrores primordiales vagaban por la tierra, y los hombres serpiente de Valusia alzaron sus piedras fundacionales de maligna magia."
El diario de Alonso Typer, H.P. Lovecraft y William Lumley
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